Como muy bien sabemos, es la piel el órgano más grande de nuestro cuerpo. Esta nos protege de bacterias, temperaturas y determinadas sustancias químicas, por lo que resulta fundamental que reciba un cuidado adecuado.
Y una gran opción para cuidar nuestra piel consiste en aplicar de forma diaria distintos productos que contribuyan tanto con la regeneración celular como así también a la hidratación. En este sentido, el uso de la manteca corporal puede garantizarnos resultados grandiosos.
Si diferenciamos este producto en relación con las cremas corporales tradicionales, en primer lugar, es necesario hacer alusión a que solo muy pocas de estas últimas contienen agua en su fórmula.
En este sentido, el uso de la manteca corporal suele realizarse a base de aceites esenciales, mantecas vegetales e ingredientes de tipo oleosos como lo son, por ejemplo, la manteca de karité, de mango, de cacao, además de aceites vegetales, encargados de aportar el grado extra de hidratación que la piel necesita.
Dicha hidratación profunda se produce debido a que los ingredientes mencionados que pueden incluirse en este tipo de manteca, según destaca el sitio “Mejor con salud”, se encargan de penetrar “con facilidad la dermis y crean una barrera protectora, al reducir la pérdida de agua transepidérmica y de aceites naturales”.
Por otra parte, y además de favorecer con su alto grado de humectación, la manteca corporal brinda elasticidad a la piel. Como si esto fuera poco, alivia así también la picazón y la descamación de esta.
Existen algunos tipos de mantecas corporales que entre sus componentes incluyen la vitamina C, lo que se traduce en la posible formación de colágeno. La textura de tu piel mejorará notablemente y reducirá la presencia de manchas. Los antioxidantes, los ácidos grasos y la vitamina E, por otra parte, le brindarán firmeza. Ahora que conoces algunos de los tantos beneficios del uso de la manteca corporal, es momento de aplicarla cuanto antes en tu cuerpo.