Ciertamente los vestidos son una de las prendas más versátiles y elegantes de todas, sin embargo, su cuidado ya es otra cosa distinta y debe ser mucho más especializado que el resto. Al menos, si lo que deseas es extender su vida útil.
Si te interesa conocer un poco más al respecto, en este artículo te proporcionaremos consejos prácticos sobre cómo lavar y almacenar tus prendas de manera apropiada, para que puedas disfrutar de ellos durante mucho tiempo.
Lavado correcto
Empezamos con lo primero que se suele hacer tras el uso de estos vestidos que, en vista de sus diversos métodos de elaboración ya sea con algodón, seda u otra tela, requiere de un lavado adecuado.
Lo bueno de estos ejemplares, es que por lo general los mismos fabricantes indican en sus etiquetas cómo hay que lavarlas, cuya información no debes subestimar. Por ejemplo, brindan todo lo concerniente a la temperatura del agua, tipo de ciclo de lavado o en su defecto, si hay que lavarlo a mano o no.
Aquí haremos un paréntesis, pues estos vestidos requieren de un lavado especial y únicamente a mano, entonces hay que ser mucho más precisos. Como te imaginarás, hacer esto de forma manual puede ser muy rústico y las posibilidades de dañar estos ejemplares son muy altas.
Utiliza agua fría o tibia y un detergente suave, atento con esto. Posteriormente frota suavemente las áreas manchadas con las manos en lugar de frotar vigorosamente.
Por su parte, si piensas activar tu lavadora automática entonces aquí te dejamos un truco: usar una bolsa de lavandería. ¿El motivo? Simple, ayudará a proteger estos ejemplares del roce con otras prendas.
Nunca está demás recordar el uso de un ciclo suave con un giro lento, y por supuesto, evita al máximo el uso de suavizante, ya que podrá dejar residuos en la tela.
Secado y planchado
Luego de profundizar acerca de su lavado, ahora toca hablar sobre cómo debe ser el proceso de secado y planchado, siendo otro paso importante en el cuidado perfecto de tus costosos vestidos.
El uso de secadores automáticos no son recomendados, por lo que la exposición directa al aire libre sería lo recomendado, eso sí, sin necesidad de ubicarlo directamente al sol. Nunca subestimes el poder de los rayo solares.
Al momento de planchar tus vestidos, ten en cuenta una temperatura baja y así no correr el riesgo de quemar estas prendas mientras eliminas sus arrugas.
¿Cómo lo debes almacenar?
Por último y no menos importante, llega el momento de guardar tus vestidos tras cumplir con los pasos previamente mencionados. Aquí el uso de perchas de calidad son fundamentales, pues sus formas evitarán dañar la estructura de los vestidos, como pueden hacerlo las perchas de alambre, por ejemplo.
Otro aspecto a tomar en cuenta, son las fundas de tela que sí o sí, deberías al menos considerar una vez adquieras el vestido de tus sueños. Esto va a prevenir que se ensucie de polvo y de la luz directa, siendo una barrera de protección adicional.
Para cerrar, terminamos este artículo recordándote la necesidad de tener un espacio amplio para almacenar tus vestidos, y así evitar que todos estén apilados, lo que acentuará las arrugas y todos estos procesos hayan quedado en vano.