Podar las plantas es esencial para mantenerlas sanas. La temporada otoñal es ideal para preparar a muchas especies de cara a la próxima floración.
La poda no solo ayuda a estimular su crecimiento, sino que también elimina hojas y ramas muertas, mantiene la forma de la planta, y previene enfermedades.
Durante la primavera, las plantas realizan la fotosíntesis de forma intensa, acumulando azúcares y nutrientes en sus ramas y raíces para la siguiente temporada. Pero en otoño, es el momento perfecto para podarlas sin afectar su energía.
Los setos y arbustos de hoja caduca se benefician mucho de la poda otoñal. Retira las ramas que hayan crecido en exceso y las que estén secas o dañadas. Esto les ayuda a fortalecerse y disminuye el riesgo de plagas.
La poda en los bonsáis se hace no solo para su salud, sino para mantener su forma. En otoño, elimina los brotes y hojas que se hayan desviado del diseño y reduce la cantidad de follaje para que la luz y el aire circulen mejor.
Si tienes plantas como lavanda, romero, hierbabuena o salvia, estas necesitan una poda cercana al suelo, dejando una altura de entre 4 y 6 cm. Esto les permite rejuvenecerse después del verano y les ayuda a pasar el invierno en mejores condiciones.