La vida que tuvo Vicente Fernández no deja de sorprender. No solo por todo lo que alcanzó a nivel profesional y el éxito que cosechó dentro y fuera de México con su música, también por muchos aspectos a nivel personal, entre estos los vinculados con lo religioso.
Siempre se supo que el cantante era devoto de la Virgen María y que nunca perdió oportunidad de agradecer y honrar a la Virgen de Guadalupe y que cada diciembre, cuando la iglesia Católica la festejaba, él de alguna manera se hacía presente con su voz y talento.
El año en que murió sucedió algo muy curioso, Chente falleció un 12 de diciembre, justo en una fecha de celebración de la virgen así que no pudo cumplir el cometido que tuvo por varios años que era ofrecerle una serenata. Sobre este evento se conocieron detalles por el diario local "Am", que destacaron que a él ya le habían solicitado que se disfrazara al cantarle a la virgen, pues la gente al parecer se aproximaba a la iglesia más a escucharlo a él que por ella.
Entre tantas acciones que evidenciaron su devoción destacan que Vicente Fernández siempre le cantaba a la virgen de Guadalupe “Las Mañanitas” y que también hizo muy populares algunos temas que se acostumbran a cantar para ella ese día, como fue el caso de la canción “Hermoso Cariño”.
Un revés en el ámbito religioso
Sin embargo, Vicente Fernández en la última etapa de su vida tuvo una manera muy particular de vivir la religiosidad y en una entrevista con Mara Patricia Castañeda explicó que dejó de ir a misa y de confesarse por un mal momento que vivió con un sacerdote.
Explico, “se hinca Cuca, me hinco yo y me pone la charolita el niño y agarra la ostia (el cura) y me dice ¿te confesaste?”, y él dijo que no y agregó que cuando intentó dar más detalles, el cura lo ignoró. “Desde entonces no me confieso ni voy (a misa). Yo me confieso con mi Cristo”, decidió desde aquel entonces.