Un estudio publicado en BMJ Open Sport & Exercise Medicine reveló que hacer tres minutos de algunos ejercicios cada media hora puede aumentar el tiempo de sueño y reducir riesgos cardiometabólicos a largo plazo.
El estudio mostró que los participantes que incorporaron breves pausas de actividad durante las cuatro horas previas a dormir lograron aumentar su tiempo de sueño en 30 minutos.
Este enfoque contrasta con las recomendaciones de evitar realizar ejercicios intensos antes de acostarse, ya que eleva la temperatura corporal y la frecuencia cardiaca.
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La investigación fue liderada por la Universidad de Otago en Nueva Zelanda y sugiere actividades accesibles como sentadillas en silla, elevaciones de gemelos y rodillas.
Levantar el cuerpo regularmente con ejercicios ligeros podría tener efectos similares a caminar o bailar. Este enfoque mejora la calidad del sueño, lo cual es muy importante para prevenir problemas de salud.
Incorporar estas pausas de actividad durante la noche suma más que 20 minutos de ejercicio ligero, acercándose a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.