En la sección de trucos de limpieza de Noticias de México te solemos revelar técnicas para que tus quehaceres domésticos sean más fáciles de afrontar. En esta oportunidad, te traemos un peculiar ritual de limpieza sueco llamado döstädning o también conocido como “la limpieza de la muerte”.
Más allá de que este truco de limpieza sueco tenga un nombre bastante particular, no tiene nada de sombrío, ya que en realidad lo único que busca es ayudarte a organizar tu casa y tu vida de una manera reflexiva. Este método fue popularizado por la autora sueca Margareta Magnusson en su libro “El gentil arte de la limpieza sueca de la muerte”, el cual solo consiste en deshacerte de los objetos innecesarios de manera deliberada.
Lo que busca este truco de limpieza es eliminar de tu hogar los elementos que no uses con el propósito de liberar espacio material y emocional. Debes saber que el döstädning también tiene un trasfondo altruista, ya que propone deshacerte de lo innecesario, lo que también le facilitará a tus seres queridos la tarea de gestionar tus pertenencias en el futuro.
Pasos para poner en práctica el döstädning
Elige el momento adecuado: aunque el döstädning puede realizarse a cualquier edad, se recomienda implementar este método entre los 60 y 70 años, una etapa de la vida en la que suele haber más tiempo libre.
Comienza por espacios pequeños: lo ideal es comenzar por zonas como un armario, el sótano o el ático, lo que hará que este proceso no resulte abrumador y lo puedas ir haciendo de manera gradual.
Clasifica y categoriza: este paso es fundamental, ya que se recomienda dividir las pertenencias en cuatro categorías: conservar, donar, desechar y regalar. Lo aconsejable es usar cajas para cada grupo, lo que te garantizará más orden, puesto que podrás organizar tus objetos según correspondan.
Hazte preguntas clave: para saber qué tienes que hacer con los objetos que vayas separando pregúntate: “¿Cuándo fue la última vez que lo usé?”, “¿Lo necesito ahora?”, “¿Lo echaré de menos si lo descarto?”.
Deja las fotografías para el final: este método tiene un lugar especial para este tipo de recuerdos, ya que las imágenes suelen estar cargadas de recuerdos y pueden ralentizar el proceso. Por ello, dale el tiempo que se merece al final del ritual para poder disfrutarlas y organizarlas con más tranquilidad.